La aparición de Telegram fue un entrada de aire fresco dentro de la comunicación masiva mediante móvil. Consiguió algo que otros proyectos previos no hicieron y fue convertirse en una alternativa sólida frente al líder incuestionable que es WhatsApp.
Desde el comienzo hizo como bandera propia su compromiso por la seguridad y privacidad de los usuarios que emplearan su aplicación. Ofreciendo la posibilidad, a éstos, a comunicarse sin sufrir ningún tipo injerencia por parte de la propia compañía mediante los chats secretos. Esta filosofía es la que los aupó dentro de un nicho que se consideraba ya estancado y de difícil acceso. Posteriormente, su popularidad incluso forzó a otras aplicaciones ya establecidas a revisar y mejorar los sistemas y políticas de privacidad.
Su desarrollo se dividió en dos partes, los clientes y la cloud. Cualquier persona puede crear una aplicación que emplee la cloud de Telegram sin ningún tipo de restricción. Las versiones oficiales de clientes de Telegram están licenciados bajo OpenSource por lo que su código puede ser completamente analizado y auditado. La principal ventaja es que se tiene garantía de lo que realmente hace la aplicación, y ser consciente de la veracidad de su compromiso por la privacidad y seguridad.
Sin embargo, la parte escabrosa de Telegram es su cloud privada. A diferencia de los clientes, la cloud pertenece íntegramente a la compañía de Telegram y el código, que sus servidores corre, es completamente desconocido por la comunidad ya que nunca se ha compartido. Tampoco permiten la federación entre distintas redes, esto significa básicamente que los usuarios de Telegram solo pueden comunicarse entre si.
Inicialmente la compañía se justificó con razones relacionadas con la seguridad. Entendían que no contaban con la confianza suficiente para ofrecer el código sin que esto conllevara a facilitar, a terceras personas, a encontrar posibles fallas con las cuales vulnerar la comunicación entre los usuarios. A esta técnica se le denomina seguridad por ocultación y su principal defecto es que hace basar la integridad de la seguridad en el simple hecho de permanecer el código oculto a ojos externos. Sin embargo, y afortunadamente, dentro del sector de la ingeniería de la seguridad se considera como mala praxis.
Se agradece que durante su desarrollo se haya ido añadiendo nuevas funcionalidades, mejorado su experiencia de uso y corregido errores. Pero respecto a la seguridad y privacidad realmente no se ha hecho grandes logros. A día de hoy se desconoce el uso real que Telegram está realizando con la ingente cantidad de información que están recibiendo en sus servidores. Toda la información, salvo aquella proporcionada en los chats secretos, es almacenada en la cloud de Telegram sin ningún tipo de cifrado que impida a la compañía a acceder a su contenido. ¿No será que existe un interés real por parte de la compañía en que esto continúe siendo así?
No hay que olvidarse que los fundadores de Telegram son los mismos que una vez fueron de VK, la red social más importante de Rusia. Y tampoco de que: si un servicio es gratis es porque el usuario es el producto, no el cliente.
¿Es posible que para impulsar y dar viabilidad al proyecto se aprovecharan de la creciente y reciente sensibilidad por la privacidad y seguridad? ¿Que su compromiso por éstas haya sido un mero engaño de marketing para poder sacar el beneficio deseado? A día de hoy han conseguido que gran parte de la comunidad relacione Telegram con seguridad y privacidad. ¿Pero qué seguridad y privacidad si aún existe un agente, la compañía, que puede tener acceso ilimitado tanto al contenido como a los metadatos? ¿No será realmente que hemos cambiado a un glotón por otro más refinado?
Que todo cambie para que no cambie nada. Si migraste a Telegram para poder tener un canal seguro y privado he decirte amigo mio que aún debes continuar con la búsqueda.